“Y todo comenzó bailando…”, dice una popular canción. El estribillo bien le aplica a la relación entre el presunto narco Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y su esposa Emma Coronel.
La historia de amor de la pareja fue revivida esta semana en medios con motivo del inicio del juicio en Nueva York contra el supuesto exlíder del cartel de Sinaloa, que enfrenta 11 cargos federales de narcotráfico y lavado de dinero. Este miércoles continúa el proceso de selección de los 18 miembros del jurado, mientras las historias personales que rodean al mexicano siguen atrayendo a quienes siguen el proceso judicial.
El Chapo conoció a la madre de sus gemelas cuando apenas tenía 17 años. Para ese entonces, Coronel había participado en varios concursos de belleza. Tanto El Chapo como Coronel se encontraban en una fiesta en un rancho, y el presunto capo envió a un mensajero para preguntarle si quería bailar.
“El estaba bailando con otra muchacha y yo con mi novio, (en ese entonces yo tenía novio) y nos encontramos en el centro de la pista, el bien coqueto me sonrío, ya al ratito me dijo una persona ‘que dice el señor que si quieres bailar con el’, y dije ok”, afirmó Coronel en una entrevista en 2016 con elblogdelnarco.co.
De acuerdo con su relato, en ese momento no veía a El Chapo como un prospecto, sino como amigo, ya que le “inspiró muchisima confianza”.
La pareja no se volvió a ver hasta un año cuando Coronel ganó el tíulo de reina de la Feria del Café y la Guayaba en el 2007, y a partir de ahí , los intereses cambiaron.