Cuando el CJNG comenzó a desplegarse hacia varios estados, numerosos integrantes de grupos delictivos locales vieron en tal organización el poder y dinero.
Que necesitaban, por lo que se unieron a sus filas en cuanto vieron la oportunidad. Con lo mejor de cada grupo, conformaron el temido cártel que hoy se conoce. Entre tales reclutados se encuentra Manuel Alejandro Manzo Moreno, alias El Mickey o El Cacher, ya era conocido en las calles de Tijuana por asaltar y robar. Aunque fue rápidamente reclutado por el Cártel de Sinaloa.
No duró mucho tiempo ahí, pues los traicionó y se unió a las filas de Los Arellano, a quienes también jugo chueco. El amigo del Mickey, Juan José Pérez Vargas, alias El Piolín, era uno de los jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación en Tijuana. El Piolín invitó a El Mickey a unirse al CJNG, pues tenía relaciones con los altos mandos de dicho grupo.
Sin embargo, El Mickey, a la par que operaba en dicha organización, se robaba mercancía para manearla por su cuenta y, evidentemente, quedarse con el dinero. Tras ‘perderse’ misteriosamente un valioso cargamento en la frontera, los altos capos no permitieron una más a El Mickey y lo amenazaron de muerte, asimismo, diciéndole que lo llevarían con El Mencho, líder máximo del CJNG para morir. Bajo estas palabras lo citaron en Guadalajara.
A su llegada, El Mickey fue levantado por el CJNG. Sin embargo, ahí pidió a su amigo, El Piolín, defenderlo. Tras algunas negociaciones, se llegó a un acuerdo en el que le perdonarían la vida si devolvía aquello que se había robado.
Aunque aceptó, volvió a traicionar al cártel y desapareció, por lo que los integrantes del grupo delictivo comenzaron una cacería en su contra, colgando narcomantas en diferentes puntos de la ciudad. Hasta el momento, sigue prófugo, tanto de la justicia, como de su propia organización.