Guadalupe Fernández Valencia era apodada la Patrona. Era la mujer de más rango en el Cártel de Sinaloa y es la única involucrada en la misma acusación que el Chapo y el Mayo en la corte de Chicago, en Illinois.
La mujer de 58 años se declaró culpable de tráfico de drogas y lavado de dinero y todo lo hacía desde Culiacán. “Julia”, como también era conocida, trabajó para Alfredo Guzmán Salazar, Alfredillo, hijo del Chapo. Desde Sinaloa movió droga hacia Estados Unidos y lavó millones de dólares a través de tiendas en Los Ángeles y casas de cambio en Guadalajara.
En la misma acusación que Guadalupe estaba Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo, condenado a 15 años de prisión en mayo pasado; y Jesús Raúl Beltrán León, Chuy Raúl, quien se declaró culpable en abril y será sentenciado el 10 de julio.
Junto con ellos además están acusados el Chapo, el Mayo, Alfredo Guzmán Salazar, Heriberto Zazueta Godoy, Víctor Manuel Félix Beltrán, Héctor Miguel Valencia Ortega, Jorge Mario Valenzuela Verdugo y los gemelos Pedro y Margarito Flores.
Guadalupe es hermana de Manuel Fernández Valencia, la Puerca o el Animal, detenido en 2010 junto con 17 de sus colaboradores, en el interior del hotel Tres Ríos después de un tiroteo con agentes de la Policía Federal.
La Puerca fue extraditado y sentenciado a 27 años de prisión en diciembre de 2016.
Los hermanos Fernández Valencia son originarios de Aguillilla, Michoacán.
De acuerdo con la declaración de culpabilidad, la Patrona, estuvo presa en Estados Unidos durante 10 años por delitos no relacionados con narcotráfico y una vez que cumplió la condena en 2007 regresó a Culiacán.
A inicios de 2009, empezó a ayudar a su hermano Manuel a importar cocaína y coordinar las ventas con distribuidores de Los Ángeles.
Entre 2009 y 2010, los hermanos Fernández Valencia importaron 30 kilos de cocaína por semana; y en el mismo periodo Manuel traficó más de mil 500 kilos de mariguana hacia Estados Unidos.
A mediados de 2010, Manuel fue detenido en Culiacán y Guadalupe, junto con su familia, se fue a vivir a Guadalajara y detuvo sus operaciones en el cártel.
En 2011 uno de los proveedores de droga de su hermano le dijo que no estaba seguro en Guadalajara y le aconsejó que regresara a Culiacán bajo su protección y que trabajara para él.
En 2012 regresó a Culiacán y empezó a trabajar para el proveedor de Manuel, quien le suministraba cocaína, mariguana y metanfetamina.
Guadalupe enviaba la droga hacia Tijuana y era cruzada hacia Estados Unidos por túneles o vehículos.
En al menos ocho ocasiones recibió cocaína en cantidades de 30 a 80 kilos.
En una ocasión envió 500 kilos de mariguana a Arizona y en otra más de 2 mil kilos a Los Ángeles.
En otras dos ocasiones envió más de 4 mil kilos de mariguana, pero no entraron a Estados Unidos.
En junio de 2014, en Nueva Yersey decomisaron 22 kilos de metanfetamina que había enviado Guadalupe.
Además de traficar la droga, Guadalupe lavaba el dinero producto de las ventas en Estados Unidos.
La Patrona coordinaba la recolección de los ingresos en Estados Unidos y el envío del dinero a México.
El dinero era entregado a tiendas de Los Ángeles y enviado a casas de cambio en Guadalajara, quienes recibían como pago el 3 por ciento de la cantidad depositada.
De acuerdo con el gobierno estadounidense, de esa manera lavó millones de dólares.
La Patrona podría recibir una sentencia de cadena perpetua pero la Fiscalía sugiere una pena de 10 a 15 años de prisión, a cambio de que coopere en investigaciones actuales y futuras.
Según la acusación presentada por la fiscalía estadounidense, para comunicarse y coordinar el tráfico de droga, los miembros del cártel utilizaban celulares, teléfonos satelitales, computadoras, aplicaciones de mensajería instantánea y correo electrónico.
Para comunicarse empleaban lenguaje codificado para ocultar las actividades y evitar la detección y aprehensión. Para proteger sus negocios sobornaban a funcionarios públicos, secuestraban, extorsionaban y amenazaban, y asesinaban miembros de grupos rivales y de las corporaciones policiales.
En 2015, el Departamento del Tesoro designó como “narcotraficantes significativos” a la Patrona y a Jorge Mario Valenzuela Verdugo, originario de Culiacán; congeló sus bienes y prohibió a sus ciudadanos realizar cualquier transacción con ellos.
“Como lugartenientes del Cártel de Sinaloa de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Fernández Valencia y Valenzuela Verdugo, refuerzan el poder y la influencia de las nefastas actividades criminales del Chapo Guzmán”, señaló el gobierno estadounidense en esa ocasión.
Valenzuela Verdugo también fue señalado como operador del Cártel de Sinaloa; y en octubre de 2017 fue encontrado asesinado dentro de un tambo en la colonia Las 7 Gotas en Culiacán.
En febrero de 2016, la Patrona fue capturada en Culiacán en cumplimiento a una orden de detención con fines de extradición y recluida en el Centro Penitenciario Aguaruto; y en diciembre de 2017 fue extraditada.
