‘El Vicentillo’ a prometió jamás volver al Cartel de Sinaloa, pero nadie sabe dónde está al igual que padre ‘El Mayo’ Zambada

Es un completo misterio la ubicación del narcotraficante Vicente Zambada Niebla, el hijo mayor de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, quien lidera una facción del Cartel de Sinaloa.

‘El Vicentillo’ a prometió jamás volver al Cartel de Sinaloa, pero nadie sabe dónde está al igual que padre ‘El Mayo’ Zambada

Unos días después de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo sacó de su lista negra, nadie da información sobre ‘El Vicentillo’. El Servicio de los US Marshals, que tuvo su custodia en el último período de su sentencia reducida a 15 años de prisión (que se cree ya cumplió), no ha respondido a las preguntas hechas por este medio sobre si Zambada Niebla sigue bajo su resguardo.

Tampoco se pronunció su abogado defensor Frank Pérez,  Ese silencio deja en el aire la pregunta de si el hijo de ‘El Mayo’ ha cobrado la última recompensa por testificar en el juicio del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en 2019: quedarse a vivir en este país con otra identidad, como parte del programa de protección de testigo de los US Marshals.

Podría verse como la única opción para garantizar su seguridad y la de su familia, sobre todo ahora que hay enemistad entre la facción que encabeza su padre y la que controlan los cuatro hijos de Guzmán.

El Buró de Prisiones dijo en abril de 2021 que Zambada Niebla ya no estaba en una de sus celdas, lo cual no significaba que en ese momento era un hombre libre. Y si ahora lo es, cumpliría el segundo castigo que le impuso el juez federal Rubén Castillo: cinco años de libertad condicional, un régimen por el que debe cumplir una serie de normas, como no tener comunicación con personas involucradas en el crimen organizado, notificar cada vez que cambie de domicilio y evitar cualquier problema legal.

Zambada Niebla, de 47 años, afirmó en su audiencia condenatoria en una corte federal de Chicago el 30 de mayo de 2019 que quería su familia tuviera una vida muy distinta a la suya, ya que desde muy joven se involucró en las actividades ilegales de su padre. Tenía 11 años cuando les dispararon a su madre y abuela, y tenía 16 cuando trataron de matarlo por primera vez. Por eso prometió en el tribunal que jamás volvería al cartel. Esto fue parte de lo que expresó ese día en la corte:

Me gustaría agradecerle (al juez) por la oportunidad de expresar todo mi pesar y arrepentimiento por las malas decisiones que tomé en el pasado. Y la mejor manera de empezar, creo, es pidiéndoles perdón a todas esas personas que de una forma u otra lastimé directa o indirectamente.

También quisiera pedir perdón a mis hijos, a mi esposa y a la mujer que me dio la vida, que es mi madre, porque ellos también han sufrido mucho por todo lo que hemos estado pasando.

Quisiera decirle, señoría, que este arrepentimiento no se produjo ayer, ni se produjo hoy porque estoy frente a usted a punto de recibir mi sentencia. Quisiera decirle respetuosamente que este sentimiento de arrepentimiento me acompaña desde hace años y creo que las personas que están a mi lado aquí, los fiscales y mis abogados, no me permitirán mentirles, porque he probado mi arrepentimiento con hechos y no solo con palabras.

Hoy siento que puedo ser un mejor padre, un mejor esposo. Siento que puedo ser un mejor hijo y, sobre todo, un mejor ser humano. He sacrificado mucho al dejarlos y sacarlos del mundo en el que vivíamos.

Quisiera decirle, señoría, que sin dudarlo lo volvería a hacer todo siempre y cuando pueda verlos felices, libres de todo miedo, verlos vivir una vida tranquila y la mayor parte toda una vida feliz. Yo creo que todos merecen una segunda oportunidad. Hoy esa oportunidad usted la tiene en sus manos.

Guitarra, piano y pintura

Como preámbulo a su aceptación de responsabilidad, una estrategia para buscar un castigo menos severo, su abogado Frank Pérez dijo que su cliente le compartió que “no quería que su familia tuviera la misma vida que él” y “quería salir de esa vida”.

Unos días antes de la audiencia condenatoria, un hijo de Zambada Niebla recibió un título universitario en diseño automotriz y bienes raíces. “Dijo: ‘estoy tan feliz de que mi hijo esté aquí y esté teniendo una vida diferente’”, señaló el abogado.

Aunque su cliente logró escapar de los enemigos de su padre, no la libraron parientes y conocidos, según Pérez. “Ellos los estaban buscando (a Zambada García, su esposa e hijos). No pudieron encontrarlos, por lo que mataron a amigos y familiares”, aseguró.

A decir del abogado, ‘El Vicentillo’ se volvió un “prisionero modelo” que aprendió por sí mismo a pintar, tocar guitarra y el piano. También leyó más de 400 libros, aseguró.

Pero el juez Castillo no titubeó al describir a Zambada Niebla como el capo de mayor peso que había tenido en su corte en 19 años que llevaba impartiendo justicia.

“Su ofensa es muy grave”, recalcó el magistrado. “Entre aproximadamente 1996 y 2008, usted supervisó envíos masivos de narcóticos desde América Central y Sudamérica a México y eventualmente a Estados Unidos… Solo el año pasado (2018) murieron más de 30,000 personas allí (en México)” por el narcotráfico, reprochó Castillo.

El juez también hizo hincapié en otros crímenes violentos cometidos por Zambada García y que él mismo confesó en el juicio de ‘El Chapo’ en Brooklyn.

  • Señor Zambada, ¿alguna vez ha matado personalmente a alguien?
  • No.

  • ¿Alguna vez ha transmitido alguna orden para que alguien muera?

  • Sí, varias veces.

  • ¿Cuántas veces?

  • No lo sé, pero fueron varias veces.

La disertación del magistrado tocó varios puntos, desde la guerra contra las drogas que consideró perdida, hasta el supuesto remordimiento que ‘El Vicentillo’ decía tener por haber traicionado a su padre y a su compadre, ‘El Chapo’, a quien se dirigió con respeto en el tribunal neoyorquino.

“Lo que le diría es que usted tomó la decisión correcta al cooperar. Considero que su cooperación es extraordinaria”, expresó el juez Castillo.

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“Si las personas pensaran bien, valorarían a los testigos que cooperan porque los testigos que cooperan ayudan a nuestro país a ganar la guerra contra el crimen. Y tal vez hayamos perdido la guerra contra las drogas, pero no podemos darnos el lujo de perder la guerra contra el crimen”, subrayó.

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